Cascanueces - El cuento -

La familia estaba reunida y  se preparaba para la fiesta de la Navidad. Clara, su hermano y sus padres estaban  celebrando cuando llegó el padrino. Era un hombre misterioso que construía juguetes. En una bolsa gigante traía  muchos regalos para  los niños.  Todos se pusieron  felices, salvo Clara, que no  recibió nada.  ¡Parece que al padrino le faltaban regalos! 

Les fue mostrando, poco a poco,  unas muñecas, un juguete de cascanueces, con la forma  de un soldado uniformado. ¡A Clara le encantaba el soldadito para cascar las nueces! Pero su hermano, celoso, rompió el cascanueces de madera. 

Se hizo tarde, la fiesta terminó y la familia  se acostó. Entonces, mientras todos estaban durmiendo el padrino  arregló el Cascanueces que estaba roto. Cuando el reloj tocó la medianoche, Clara entre sueños,  oyó el sonido de unos ratones ¡justo en su habitación! Se despertó y trató de salir corriendo, pero los ratones la detuvieron. ¿Clara estaba  soñando todavía? En ese momento, el árbol de Navidad  se volvió enorme, llenando la sala. El cascanueces cobró vida y  preparó a sus soldados   para defender a Clara. El Rey de los ratones encabezó a sus ratoncitos en una batalla contra el Cascanueces y su ejército. Finalmente, Clara ayudó al Cascanueces que venció al Rey de los ratones. 

El Cascanueces se transformó en un príncipe. Clara y el príncipe viajaron a un mundo donde los copos de nieve, hadas y reinas bailaban en el aire mientras  los saludan  para darles la bienvenida a su mundo.

Clara, el Cascanueces y el padrino vivieron juntos un viaje inolvidable: visitaron el Reino de los Dulces donde los recibió el Hada de Azúcar, su Caballero y el resto de los dulces.

Pasadas las navidades, Clara se despertó bajo el árbol navideño con su cascanueces de madera, alegre por su maravillosa aventura.¡El sueño había sido real!