sábado, 14 de junio de 2014

La Sala Amarilla se perfuma de sonidos

La música tiene un gran poder. Brinda una grata experiencia de aprendizaje, estimula la imaginación y  creatividad en los niños. Además, crea vínculos entre padres e hijos según los ritmos y sonidos que se generan
en el ambiente. El gusto entre padres e hijos mientras comparten momentos musicales refuerza sus lazos. Ese  lazo le servirá para las relaciones que el niño mantendrá durante toda su vida
.

Podemos encontrar música en todas partes: en el sonido del viento, en un zapateo, en la lluvia

La música se encuentra alrededor nuestro. Esos sonidos cotidianos que escuchamos a diario en cualquier parte  son música, tienen ritmos que se convierten en melodías. Podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar su  habilidad de escuchar y su creatividad para que descubran esos sonidos musicales que nos rodean.
Lo especial de la música es que nos permite aprender sobre el mundo que nos rodea. Gracias a ella se obtiene:

•        Palabras, bases para construir el lenguaje y la capacidad de leer y escribir.
•        La repetición, reforzando el aprendizaje.
•        Los patrones para ayudar a anticipar lo que sigue.
•        Un compás rítmico que ayuda a tener una mejor coordinación.
•        Melodías que llaman la atención y nuestro agrado.

La música colabora con las habilidades para el desarrollo. Con la música se puede:

•        Generar coordinación permitiendo a los niños seguir un compás y usar sus mentes, voces y cuerpos  en conjunto.
•        Ayudar a los niños mayores a compartir, hacer amigos, y sentirse cómodos en grupo.
•        Fomentar el desarrollo del lenguaje por medio de historias, rimas y ritmos.
•        Despertar la creatividad permitiendo a los niños llenar los vacíos de las palabras, descubrir sonidos o  inventar canciones.
•        Construir relaciones, comunicar sentimientos, dar comodidad y consuelo.
•        Desarrollar la motricidad fina y gruesa a través de juegos con los dedos, el baile o la interpretación de  instrumentos.
•        Desarrollar la individualidad permitiendo a los niños descubrir sus propios sonidos y estilos de música.

Al incluir la música como parte de su educación, los niños disfrutarán momentos de alegría en los que tienen la
oportunidad de exteriorizar la comunicación, movimiento, socialización y creatividad, además les brinda la
oportunidad de promover el aprendizaje, estimulando su desarrollo y fortaleciendo su aptitudes para establecer
relaciones fuertes y sanas con otras personas.












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