en bandera se convirtió
y, flameando en el mástil
para siempre se quedó.
El sol lo pensó un poquito
y en el medio se ubicó,
para iluminarnos el alma
y entibiarnos el corazón.
Vuela, vuela, banderita,
al compás de mi canción
y, mientras vuela, palpita
tu coranzoncito de sol
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